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domingo, 8 de agosto de 2004

DÍA DEL NIÑO EN ARGENTINA

"LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS SON LOS NIÑOS" ¡QUE MENTIRA!

Hoy en Argentina es el día del niño. Un ex presidente de este país manifestó en alguna oportunidad: "los únicos privilegiados son los niños". Esto por supuesto debiera ser así, pero no lo es ni siquiera minimamente.
En un artículo de Pablo Calvo publicado el domingo anterior en el diario Clarín, leemos: -Siete de cada diez niños argentinos nacen en la pobreza. Tal vez formen la "generación de la cuchara", porque se acostumbraron a comer guisos, polentas y sopas, a veces aguadas como un mar. La falta de carnes, frutas o verduras les hizo inútiles el cuchillo y el tenedor, así como la ceremonia de comer en familia, donde el afecto es más necesario que el pan. Muchos almuerzan, meriendan o cenan en los cinco mil comedores comunitarios del país. Se sienten satisfechos por un rato. Los especialistas descubrieron que la dieta que reciben está demasiado lejos de ser la ideal.-
Unos días antes el ministro de Economía había difundido unas cifras con las que informaba del descenso de la pobreza, la que ahora afecta a quince millones y medio de personas, es decir al cuarenta y seis por ciento de la población.
La pobreza y su habitual compañera la indigencia, son el peor de los flagelosen la niñez, porque , no sólo crean individuos con carencias físicas, sino que además, salvo excepciones, los condenan a la ignorancia y la marginación. 
Yo pregunto, ¿cuál es el futuro de los niños que a diario vemos pidiendo en el subterráneo; limpiando parabrisas y faros en las esquinas; abriendo bolsas de residuos en busca de comida; aspirando pegamento de una bolsita en parques y calles; durmiendo al amparo de las estrellas?
Seguramente algún oyente pensará: Bueno, el tipo es un extremista, porque también hay muchos chicos felices que viven con sus familias.
Y esto es aparentemente cierto, y ¿porque aparentemente cierto?, porque a esos niños, a veces los matan para robarles, una bicicleta; un abrigo o las zapatillas. Muchas veces los secuestran y algunas también los matan por haber o por no haber cobrado un rescate.
En estos días, está desaparecida Fernanda Aguirre, una niña de trece años, de una familia humilde del pequeño pueblo de San Benito en la provincia de Entre Ríos. Se acusó de esta desaparición (sin pruebas) a un convicto por doble homicidio con violación, condenado a veinte años de cárcel que cumpliría en el 2014. El infeliz apareció vergonzosa y ridículamente ahorcado el último viernes en la dependencia policial en la que estaba detenido. Aparentemente se suicidó.
Este hombre gozaba de salidas del penal por su buen comportamiento. Esto provocó luego de la desaparición de la niña el enojo del gobernador de la provincia con la justicia de la misma, y la consecuente réplica de ésta, diciendo que las salidas de setenta y dos horas mensuales de que gozaba el asesino violador, se justificaban en leyes redactadas por los políticos. Y palabras, y más palabras, pero la pequeña Fernanda sigue desaparecida. 
En Posadas, esta semana, un ex preso y enfermo mental, liberado hace poco tiempo por informes favorables, violó y asesinó a un niño de tres años.
En La Horqueta, provincia. de Buenos Aires, la familia Garnil sufre desde el veinticinco de julio último, el secuestro de su hijo Nicolás. Y lógicamente hay más casos que jamás tendrán difusión.
Pero hace unos meses secuestraron y asesinaron a otro niño, Axel Blumberg, y también, palabras y más palabras, de jueces, fiscales y políticos. Y allí surgió un hombre, o mejor dicho, lo que queda de un hombre que fue feliz criando y viendo crecer a su niño, el señor Juan Carlos Blumberg, quien ante la incapacidad, la desidia y la corrupción de quienes nos han convertido en una sociedad indefensa y desesperanzada, empezó a luchar para que no se repita lo que le hicieron a su hijo. Organizó marchas multitudinarias, juntó cinco millones de firmas con un petitorio a las autoridades. Entonces vinieron las críticas: Es un nazi; un represor; no sabe de leyes y pide cosas disparatadas, y siguen los items.
El señor Blumberg es ingeniero textil, seguramente se equivocará en alguno de sus planteos, pero, si así fuera, bien vale la pena disculpar esas posibles equivocaciones, a quien trabaja desde el más desgarrante dolor, honesta, gratuita y sacrificadamente, tratando de suplir las vergonzosas falencias de los que si cobran (de todos nosotros) para protegernos a través de la legislación, la prevención y la acción; y que repito, ya sea por incapacidad, desidia o corrupción, han transformado a este gran país, productor de todo tipo de materias primas, con un nivel de cultura general extraordinario, en un territorio en el que según las encuestas, la mayor preocupación de la gente es la inseguridad, y en el que adultos y niños mueren por desnutrición.
Discúlpenme que con esta apertura en este día de fiesta no me sume al tachín tachín de la misma, pero como siempre, acabo de entregarles lo que en este momento siento.