A PRANTA MÁIS ENXEBRE
La
planta más autóctona
“Ulex
europeum”. Así se llama la variedad o especie de tojo que únicamente surge en
Galicia, en el norte de Portugal, en la Bretaña, y en otra pequeña zona
occidental de Francia, en Irlanda, en Bélgica y en Inglaterra.
El tojo
entonces, con su flor amarilla, con su “llorona de oro”, es merecedor de ser
consagrado por nosotros como un emblema de las características europeas de
nuestra tierra. De nuestra tierra que es lo más europeo de España por la
vegetación, por el clima, por la forma de sus costas, por la forma de estar
poblada por la misma estructura geológica.
El “Ulex
europeum” no se conoce en otras tierras ibéricas; es propio en la península
–con la excepción de un pequeño espacio del país portugués fronterizo- solamente
de nuestra tierra.
He aquí, pues,
la planta gallega por antonomasia; la que debemos considerar los verdaderos
galleguistas como símbolo de nuestra autenticidad. Planta recia y robusta, que
produce el carbón vegetal más estimable, y los bastones más resistentes. Modelo
de fecundidad, porque florece dos veces al año.
Cuando en
nuestra tierra haya autonomía, la vara emblemática de la primera autoridad del
Consejo regional tendrá que ser de tojo del país; de “Ulex europeum”.
Esta bella y
espinosa planta, en la que la noche cuelga gotas del rocío -que son agua, cielo
y luz- como ofrenda a la aurora, tuvo siempre cantores en Galicia. Hay un libro
de versos que se llama “Chouruñas” (lloronas). Las “chouruñas” son las flores
de nuestro tojo. Y a estas flores Noriega Varela, el poeta de la montaña, les
dedicó un poema que por su simplicidad y hermosura pasará a las antologías.
También sintió gran devoción por ellas, nuestro arzobispo Lago González, como
la siente el inmenso Castelao. Son manchas de cadmio puro sobre el
resplandeciente verde del paisaje. Son tesoro de miel para las suaves
mariposas. Cuando están florecidas.
Antón Villar Ponte
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